sábado, diciembre 07, 2013

Sobre los textos Huehuehtlahtolli


Ioannen Pérez

Huehuehtlahtolli es un vocablo náhuatl que significa “la antigua palabra”, en la publicación de León – Portilla y Silva (1991)[1]. Con este nombre se resumen algunos de los más importantes textos que versan sobre modo de ser, o del deber ser de los hombres y mujeres del pueblo náhuatl. Los Huehuehtlahtolli, son una serie de documentos de instrucción, donde los padres, los maestros, los sabios y otros responsables de la educación dan consejos a las nuevas generaciones de los náhuatl.

Pero, ¿Cómo llegó el pueblo náhuatl hasta estos textos? Es decir, ¿Cuál es la génesis de estos textos? Los Huehuehtlahtolli, no surgieron de la noche a la mañana, son fruto de continuas disertaciones de los tlamatini y de los miembros de las comunidades, son una construcción social y la evidencia de una estructura de pensamiento completo y definido. Los textos Huehuehtlahtolli son el reflejo, o mejor dicho el resumen de una estructura de pensamiento, de una “teología” y de una “filosofía”. Lo pongo entre comillas porque no son una teología o filosofía, que son vocablos europeos, del mismo tipo. Su versión de filosofía y teología provienen de una cosmovisión total y radicalmente diferente.

Desafortunadamente no hemos tenido acceso a esos otros textos donde se fundamentan los Huehuehtlahtolli, seguramente eran demasiado “herejes” y los europeos que invadieron américa tuvieron el cuidado y esmero en hacerlos desaparecer. Solo pudimos tener acceso a estos textos que son una muestra escogida, para evidenciar a las autoridades que había un pensamiento estructurado y que además se parecía mucho al pensamiento de occidente. Y hasta nos “echaron la mano” corrigiendo algunas menciones a dioses locales sustituyéndolo por su dios.

Por otro lado, ¿Habría otros Huehuehtlahtolli que no fueron publicados? ¿Libros específicos de como relacionarse con la naturaleza? Si los hubo, el temor a un supuesto panteísmo los había hecho desaparecer. Pero la cosmivisión de los pueblos originarios, donde se enfatiza el respeto a la naturaleza, un respeto que se equipara al respeto que se debe tener hacia los otros seres humanos, es quizá el mejor aporte que puedan dar a occidente. Desafortunadamente, en el momento de la conquista, por la debilidad militar de los pueblos originarios de América, Europa encontro apenas resistencia, de haber encontrado mayor fuerza bélica, habrían estado obligados a negociar y a estudiar mejor “al enemigo” a conocer sus costumbres y formas de pensamiento, y se habría visto obligados a aprender.  

Sin embargo, y afortunadamente, nunca es tarde para enmendar. Me parece muy positivo el que se estén recopilando las partes, los pedazos de ese pensamiento, ojala los filósofos y los estudiantes de filosofía de estas latitudes nos tomemos el tiempo para dar a occidente aportes significativos al pensamiento, ahora global. Hay mucho que aprender, para para poder hacerlo debemos hacer una aproximación abierta a los textos. Es necesaria una actitud un tanto humilde para descubrir los vínculos entre ambas cosmovisiones.

Por ejemplo, para empezar, sería interesante una posible discusión con Vattimo, y su pensamiento débil. El hecho de que en culturas antiguas haya tratados escritos tan símiles, sobre el comportamiento deseable de los individuos, nos hace cuestionarnos acerca la posibilidad de fundamentaciones trascendentales. No hablaremos de “naturalizar” la moral o la ética, que creo que sería el otro extremo, pero sí creo que podemos hablar de posibilidad de consensos.

También sería posible una discusión seria y clara con la política y el modelo económico de nuestro país, tan empeñado en implementar modelos teóricos irrealizables. Ojala la se pudieran erigir las bases ideológicas para poder sustentar un proyecto de nación que nos enfile a todos en una dirección.



[1] M. León-Portilla y L. Silva. Huehuehtlahtolli, Testimonios de la antigua palabra. México DF. SEP, FCE, 1991.

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