Gustavo Yela
Según una antigua concepción antropológica de la
India, la sociedad se dividía en castas y la educación era un buen instrumento
para determinar esas divisiones ya que, la clase noble empezaba a estudiar
desde temprana edad, la siguiente clase social entraba a estudiar un poco más
avanzada la edad y así sucesivamente hasta llegar a los de la clase más baja,
los parias, a los cuales se les negaba completamente la educación; de esta
manera se garantizaban una sociedad de clases dominadoras y de clases
dominadas. En Guatemala no existe
ninguna prescripción legal de esta naturaleza, sin embargo en la práctica se da
de igual manera una educación “de calidad”
para los que tienen las posibilidades y una educación “de baja calidad”
para los pobres.
El bajo presupuesto económico destinado a la educación
pública refleja la poca importancia que tiene la educación en la mentalidad de
los responsables de turno de cada gobierno, da la impresión que de alguna
manera se quisiera perpetuar una sociedad de ignorancia. Es fácil diagnosticar que con un presupuesto
sumamente escaso los establecimientos educativos públicos se encuentren en
estado de calamidad, si es que se tiene la suerte de contar con ellos. El ingrediente económico en la
administración educativa es fundamental no sólo por las estructuras materiales
sino que también para la profesionalización y capacitación permanente del
personal.
La educación en nuestro contexto guatemalteco más que
motor del desarrollo y agente de cambio social es mantenedora de una sociedad
desigual, porque separa a los profesionales preparados de los que van a ser
“mano de obra”.
Se requiere un cambio de mentalidad para reconocer el
papel trascendental que puede jugar la educación para salir de la situación de
carencia y de pobreza.
El Estado al descuidar la educación pública está
favoreciendo una educación privatizada y
de élite, así contribuye a que se tenga
como resultado una clase dominante y una clase dominada; es cuando la educación
en lugar de ser la clave para el desarrollo de un pueblo se convierte en
instrumento de dominio de unos sobre otros.
En la educación nahua se consagraba a los hijos al
Telpochcalli, de donde saldrían convertidos en guerreros; esto nos recuerda lo
determinante de la educación; “salir convertidos en” profesionales de… las
diferentes disciplinas y ¿Con qué línea programática se recibe la educación,
con una línea ¿de servicio? o de ¿a su
servicio? porque esta actitud es posiblemente más importante que la misma
educación.
Es realmente una gran responsabilidad la incidencia de
la educación, por eso Ellacuría insistía
en una asignatura oficial y obligatoria en la universidad que era “La Realidad
Nacional”; para despertar a la gente del adormecimiento y de la indiferencia,
porque según bajo qué criterios construyamos la sociedad así serán los
resultados que nos afectarán a todos.
Llama la atención que todos los niños y jóvenes nahuas
SIN EXCEPCIÓN acudían a una o a otra forma de escuela. Es admirable que en esa
época se haya practicado la educación obligatoria para todos y que no había ni
un solo niño mexicano del siglo XVI, no importando su origen social, que
estuviera privado de educación. Cosa contraria ha sucedido en nuestra realidad
histórica y social pues los que manejan los hilos del escenario de la realidad
se han percatado del papel liberador que puede generar la educación y en tal
virtud bloquean y entrampan la educación para el pueblo, incluso mientras más
vociferan y publicitan el apoyo a la educación, es cuando menos lo realizan,
especialmente en los regímenes militares, por ejemplo la alfabetización con CONALFA
fue una gran falacia en donde se ha comprobado más bien, el freno y el retraso
en el desarrollo de los programas.
Paradógicamente, me parece, que al niño o al joven que
se le forma en el trabajo físico o en los quehaceres de los oficios de las
necesidades cotidianas, se le está preparando para que pueda tener la
disciplina necesaria para el trabajo intelectual, es esto lo que nos dice
Sahagún cuando nos cuenta que barrían y limpiaban la casa, que acarreaban la
leña y que lo hacían desde temprano en cada jornada; esos esfuerzos y
sacrificios preparaban a una personalidad fuerte, trabajadora y consciente.
Los nahuas se preocuparon por “forjar rostros ajenos”
y por “humanizar el querer de la gente.” Respecto de esto llama la atención el
pintoresco abanico de ofertas educativas en nuestro medio y sin embargo dentro
de esa gran cantidad de establecimientos educativos son muy pocos los que
cuentan con una filosofía y una praxis tan bien definidas como el sistema de
los nahuas y si tienen un ideario, muchas veces se queda en el papel. Es fundamental para los nahuas esa perspectiva humanista de “humanizar el
querer de la gente” y más interesante es que esas actitudes y prácticas
creadoras tendrían resonancias sociales.
Se ve como un gran adelanto de nuestra actualidad la
educación en la inteligencia emocional y sin embargo en la educación de los
nahuas ya era fundamental el conocerse a sí mismo y el hacerse dueños de sí
mismos. El lograr la sabiduría y la
propiedad en los rostros, así como el carácter firme, sigue siendo el
equilibrio difícil de alcanzar en la educación; especialmente lo del “corazón
comprensivo”; porque académicamente puede haber fenómenos pero la sensibilidad
humana es un proceso más difícil de alcanzar y es tan importante para los
nahuas que le llaman a “perder el propio corazón”, “la peor de las
desgracias”. Por tanto, la educación ni
para los nahuas, ni para nosotros se puede dar el lujo de que el rostro y el
corazón se pierdan.
Gustavo, me parecen muy acertadas tus reflexiones sobre el papel de la educación. Quisiera ahondar en lo que muy apuntas en el último párrafo. Encontramos como novedad cosas que pueblos milenarios ya ponían en práctica.
ResponderEliminarLo que se ha llamado como educación integral, por ejemplo, era un concepto presente no sólo en las escuelas nahuatl, sino también en otras civilizaciones. En énfasis primero, y la exclusividad después, de la educación disciplinar es herencia del positivismo que no terminamos de superar.
La visión de educación que se refleja en los Huehuehtlahtolli es, como bien apuntas en tu comentario, una buena guía para la educación en nuestro país. El problema es que este sistema no está instituido por casualidad, esta creado así porque funciona para los "dueños de la finca". Ese es el primer gran obstáculo, que las decisiones de los ministerios de educación, salud, finanzas, etc, dejen de estar al servicio de unos pocos y estén realmente al servicio de la nación.