lunes, diciembre 09, 2013

Tiempo de resistencia

Gustavo Yela

Es admirable como subsisten y persisten los pueblos originarios, como han resistido a los intentos de anulación de su cultura y sus costumbres, como han sobrevivido a una práctica inmisericorde de racismo y de discriminación permanente; ha sido una resistencia en medio de la pobreza y de la exclusión decretada y dictaminada para ellos por los entes administradores de la cosa pública.

Es un signo de esperanza para Guatemala que las culturas originarias aguarden su turno paciente y diligentemente para cuando las prácticas desgastadas de un sistema caracterizado por el egoísmo ya no puedan mantenerse más, debido a las profundas necesidades de las mayorías… entonces le corresponde asumir a esa otra visión respetuosa del cosmos, de la naturaleza, del ser humano, que está en religación con todo el entorno planetario y con esa visión de respeto profundo que nos guíe y nos conduzca a una dimensión de coexistencia pacífica, responsable, solidaria y de un desarrollo, otro tipo de desarrollo y de crecimiento humano, de hospitalidad abierta para todos, de  respeto incondicional a todo ser, entonces, quedará superada la ética utilitarista y elitista que no está  al servicio de todos, sino al servicio de determinados grupos o individuos con exclusión de otros.

Es esperanzador que Guatemala sea heredera de una cultura milenaria con una cosmovisión holística, porque si nos adentramos en nuestras raíces podremos dar respuesta a la problemática ecológica, buscar alternativas de respeto a la vida y de rehumanización de la humanidad y encaminarnos más que con la razón, con la sabiduría del legado milenario.

Cambia la perspectiva cuando ya no se ve la realidad desde la lógica del lucro, desde la explotación al máximo de los recursos humanos y naturales, con el único objetivo de obtener ganancias y dividendos; sino que se entra en la dimensión de que todo tiene vida, tiene corazón y tiene espíritu y estas características son compartidas entre todos los seres vivos del universo.

La visión antropocéntrica que nos ha transmitido Occidente nos ha llevado a someter la tierra, a prácticas extractivas contaminantes, al agotamiento de los recursos naturales y a poner en crisis nuestra propia vida en el planeta.

Se hace cada vez más urgente desaprender las prácticas egocentristas y utilitaristas para aprender nuevas formas de convivir y de ser con los demás.

Ante la inoperancia del sistema en que vivimos, marcado por la pobreza, la desigualdad y la exclusión, se hace cada vez más necesario volver la vista a nuestras raíces para desentrañar los criterios y conocimientos profundos de mujeres y hombres sabios para encausar con respeto, responsabilidad y sensibilidad humana la construcción de una sociedad consciente y con mayor identidad.

Nuestra existencia puede cobrar mayor sentido desde el plano de hermano-hermano, porque ya no  se trata de salir con éxito en la carrera materialista del hacer dinero; la perspectiva maya abre la ventana a otros valores, comenzando por la paz y el equilibrio personal; estaríamos pasando del ser para uno mismo en ser para la comunidad; la tierra ya no sería el botín que hay que explotar sino algo sagrado y además nosotros somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros.

Aprenderíamos a darle importancia no sólo a la razón sino al sentimiento, al cuidado y a la promoción de la vida en el cosmos.

Ya hace falta que las palabras concuerden con los hechos, hace falta que lo humano se vea como  sagrado, que el Corazón del Cielo se integre con el Corazón de la Tierra, que ya no sea tanto mi existencia sino la coexistencia, que el sentir se armonice con el pensar y que vivamos una nueva actitud de profundo respeto para los otros nosotros que conviven con nosotros, las plantas, los animales, las aguas, las montañas y todo lo que conforma la comunidad.

sábado, diciembre 07, 2013

Sobre los textos Huehuehtlahtolli


Ioannen Pérez

Huehuehtlahtolli es un vocablo náhuatl que significa “la antigua palabra”, en la publicación de León – Portilla y Silva (1991)[1]. Con este nombre se resumen algunos de los más importantes textos que versan sobre modo de ser, o del deber ser de los hombres y mujeres del pueblo náhuatl. Los Huehuehtlahtolli, son una serie de documentos de instrucción, donde los padres, los maestros, los sabios y otros responsables de la educación dan consejos a las nuevas generaciones de los náhuatl.

Pero, ¿Cómo llegó el pueblo náhuatl hasta estos textos? Es decir, ¿Cuál es la génesis de estos textos? Los Huehuehtlahtolli, no surgieron de la noche a la mañana, son fruto de continuas disertaciones de los tlamatini y de los miembros de las comunidades, son una construcción social y la evidencia de una estructura de pensamiento completo y definido. Los textos Huehuehtlahtolli son el reflejo, o mejor dicho el resumen de una estructura de pensamiento, de una “teología” y de una “filosofía”. Lo pongo entre comillas porque no son una teología o filosofía, que son vocablos europeos, del mismo tipo. Su versión de filosofía y teología provienen de una cosmovisión total y radicalmente diferente.

Desafortunadamente no hemos tenido acceso a esos otros textos donde se fundamentan los Huehuehtlahtolli, seguramente eran demasiado “herejes” y los europeos que invadieron américa tuvieron el cuidado y esmero en hacerlos desaparecer. Solo pudimos tener acceso a estos textos que son una muestra escogida, para evidenciar a las autoridades que había un pensamiento estructurado y que además se parecía mucho al pensamiento de occidente. Y hasta nos “echaron la mano” corrigiendo algunas menciones a dioses locales sustituyéndolo por su dios.

Por otro lado, ¿Habría otros Huehuehtlahtolli que no fueron publicados? ¿Libros específicos de como relacionarse con la naturaleza? Si los hubo, el temor a un supuesto panteísmo los había hecho desaparecer. Pero la cosmivisión de los pueblos originarios, donde se enfatiza el respeto a la naturaleza, un respeto que se equipara al respeto que se debe tener hacia los otros seres humanos, es quizá el mejor aporte que puedan dar a occidente. Desafortunadamente, en el momento de la conquista, por la debilidad militar de los pueblos originarios de América, Europa encontro apenas resistencia, de haber encontrado mayor fuerza bélica, habrían estado obligados a negociar y a estudiar mejor “al enemigo” a conocer sus costumbres y formas de pensamiento, y se habría visto obligados a aprender.  

Sin embargo, y afortunadamente, nunca es tarde para enmendar. Me parece muy positivo el que se estén recopilando las partes, los pedazos de ese pensamiento, ojala los filósofos y los estudiantes de filosofía de estas latitudes nos tomemos el tiempo para dar a occidente aportes significativos al pensamiento, ahora global. Hay mucho que aprender, para para poder hacerlo debemos hacer una aproximación abierta a los textos. Es necesaria una actitud un tanto humilde para descubrir los vínculos entre ambas cosmovisiones.

Por ejemplo, para empezar, sería interesante una posible discusión con Vattimo, y su pensamiento débil. El hecho de que en culturas antiguas haya tratados escritos tan símiles, sobre el comportamiento deseable de los individuos, nos hace cuestionarnos acerca la posibilidad de fundamentaciones trascendentales. No hablaremos de “naturalizar” la moral o la ética, que creo que sería el otro extremo, pero sí creo que podemos hablar de posibilidad de consensos.

También sería posible una discusión seria y clara con la política y el modelo económico de nuestro país, tan empeñado en implementar modelos teóricos irrealizables. Ojala la se pudieran erigir las bases ideológicas para poder sustentar un proyecto de nación que nos enfile a todos en una dirección.



[1] M. León-Portilla y L. Silva. Huehuehtlahtolli, Testimonios de la antigua palabra. México DF. SEP, FCE, 1991.

miércoles, diciembre 04, 2013

Educación Nahua

Gustavo Yela
  
Según una antigua concepción antropológica de la India, la sociedad se dividía en castas y la educación era un buen instrumento para determinar esas divisiones ya que, la clase noble empezaba a estudiar desde temprana edad, la siguiente clase social entraba a estudiar un poco más avanzada la edad y así sucesivamente hasta llegar a los de la clase más baja, los parias, a los cuales se les negaba completamente la educación; de esta manera se garantizaban una sociedad de clases dominadoras y de clases dominadas.   En Guatemala no existe ninguna prescripción legal de esta naturaleza, sin embargo en la práctica se da de igual manera una educación “de calidad”  para los que tienen las posibilidades y una educación “de baja calidad” para los pobres.

El bajo presupuesto económico destinado a la educación pública refleja la poca importancia que tiene la educación en la mentalidad de los responsables de turno de cada gobierno, da la impresión que de alguna manera se quisiera perpetuar una sociedad de ignorancia.   Es fácil diagnosticar que con un presupuesto sumamente escaso los establecimientos educativos públicos se encuentren en estado de calamidad, si es que se tiene la suerte de contar con ellos.   El ingrediente económico en la administración educativa es fundamental no sólo por las estructuras materiales sino que también para la profesionalización y capacitación permanente del personal.

La educación en nuestro contexto guatemalteco más que motor del desarrollo y agente de cambio social es mantenedora de una sociedad desigual, porque separa a los profesionales preparados de los que van a ser “mano de obra”.

Se requiere un cambio de mentalidad para reconocer el papel trascendental que puede jugar la educación para salir de la situación de carencia y de pobreza.

El Estado al descuidar la educación pública está favoreciendo una educación privatizada  y de élite,  así contribuye a que se tenga como resultado una clase dominante y una clase dominada; es cuando la educación en lugar de ser la clave para el desarrollo de un pueblo se convierte en instrumento de dominio de unos sobre otros.

En la educación nahua se consagraba a los hijos al Telpochcalli, de donde saldrían convertidos en guerreros; esto nos recuerda lo determinante de la educación; “salir convertidos en” profesionales de… las diferentes disciplinas y ¿Con qué línea programática se recibe la educación, con una línea ¿de servicio? o de  ¿a su servicio? porque esta actitud es posiblemente más importante que la misma educación.

Es realmente una gran responsabilidad la incidencia de la educación,  por eso Ellacuría insistía en una asignatura oficial y obligatoria en la universidad que era “La Realidad Nacional”; para despertar a la gente del adormecimiento y de la indiferencia, porque según bajo qué criterios construyamos la sociedad así serán los resultados que nos afectarán a todos.

Llama la atención que todos los niños y jóvenes nahuas SIN EXCEPCIÓN acudían a una o a otra forma de escuela. Es admirable que en esa época se haya practicado la educación obligatoria para todos y que no había ni un solo niño mexicano del siglo XVI, no importando su origen social, que estuviera privado de educación. Cosa contraria ha sucedido en nuestra realidad histórica y social pues los que manejan los hilos del escenario de la realidad se han percatado del papel liberador que puede generar la educación y en tal virtud bloquean y entrampan la educación para el pueblo, incluso mientras más vociferan y publicitan el apoyo a la educación, es cuando menos lo realizan, especialmente en los regímenes militares, por ejemplo la alfabetización con CONALFA fue una gran falacia en donde se ha comprobado más bien, el freno y el retraso en el desarrollo de los programas.

Paradógicamente, me parece, que al niño o al joven que se le forma en el trabajo físico o en los quehaceres de los oficios de las necesidades cotidianas, se le está preparando para que pueda tener la disciplina necesaria para el trabajo intelectual, es esto lo que nos dice Sahagún cuando nos cuenta que barrían y limpiaban la casa, que acarreaban la leña y que lo hacían desde temprano en cada jornada; esos esfuerzos y sacrificios preparaban a una personalidad fuerte, trabajadora y consciente.

Los nahuas se preocuparon por “forjar rostros ajenos” y por “humanizar el querer de la gente.” Respecto de esto llama la atención el pintoresco abanico de ofertas educativas en nuestro medio y sin embargo dentro de esa gran cantidad de establecimientos educativos son muy pocos los que cuentan con una filosofía y una praxis tan bien definidas como el sistema de los nahuas y si tienen un ideario, muchas veces se queda en el papel.   Es fundamental para los nahuas  esa perspectiva humanista de “humanizar el querer de la gente” y más interesante es que esas actitudes y prácticas creadoras tendrían resonancias sociales.

Se ve como un gran adelanto de nuestra actualidad la educación en la inteligencia emocional y sin embargo en la educación de los nahuas ya era fundamental el conocerse a sí mismo y el hacerse dueños de sí mismos.  El lograr la sabiduría y la propiedad en los rostros, así como el carácter firme, sigue siendo el equilibrio difícil de alcanzar en la educación; especialmente lo del “corazón comprensivo”; porque académicamente puede haber fenómenos pero la sensibilidad humana es un proceso más difícil de alcanzar y es tan importante para los nahuas que le llaman a “perder el propio corazón”, “la peor de las desgracias”.  Por tanto, la educación ni para los nahuas, ni para nosotros se puede dar el lujo de que el rostro y el corazón se pierdan.

lunes, diciembre 02, 2013

Siguiendo con la idoneidad de la categoría “sagrado”…

En el texto breve anterior deje planteado algunas preguntas que, a juicio personal, descubren la no idoneidad de la categoría “sagrado” en un contexto donde la realidad es indivisa y por consiguiente insubsistente la separación del mundo en dos planos: sagrado y profano.[1] La no idoneidad es evidente si reparamos en que las categorías mencionadas se presuponen de manera antinómica[2], siendo, por tanto, imposible la existencia de una dimensión “sagrada” sin una contraparte “profana”. De ahí que sea un oxímoron plantear toda la realidad y los entes que forman parte de ella como “sagrados”.

A esta lógica productora de sentido Boaventura de Sousa le llama razón metonímica. Esta plantea una serie de dicotomías que comprenden un determinado aspecto de la realidad y en las cuales uno de sus elementos es superior al otro (desarrollo/atraso; hombre/mujer; superior/inferior; ladino/indio…).
Es parte de la racionalidad eurocéntrica que invisibiliza otras formas de entender y, en consecuencia, estar en el mundo.[3]

Como resultado, aceptar acríticamente la categoría sagrado –no digo que este sea el caso expreso de los autores que hemos leído- nos impediría, por su centralidad, valorar en su justa dimensión el sistema de pensamiento maya, y otros pensares no occidentales, limitando nuestro aprendizaje de éticas/epistemes que posiblemente contengan respuestas para humanizar nuestras vidas y sociedades.

Este no es el único problema que plantea la categoría sagrado. Uno de ellos es la valoración de “primitivo”, “animista”, “ritualista”, “mágico”… en suma “irracional” que se hace de los pueblos que conciben de esta manera el mundo. Ello porque se les contrapone a las sociedades modernas, “racionales”, que en teoría son “secularizadas”, y por tanto “profanas”/ “desacralizadas”, donde lo “sagrado” está reservado a cierta clase de (pocos) objetos y lugares (como las iglesias), los cuales son parte exclusiva de la esfera privada.[4]

Esto ha sido observado por Xol (2008:51) quién en alusión a los códices mayas prefiere hablar de K’uh Hu’un con tal de “…no seguir con lo de libros sagrados, sino nos tacharían de ‘religiosos’ o en el peor de los casos, ‘espiritistas’”.

Pienso que resulta peligroso políticamente el uso de la categoría sagrado, pues inferioriza a la población maya al excluirla del ejercicio de la “razón”, la cualidad inherente de la “civilización”. De esa manera se puede seguir justificando la negación de los derechos fundamentales.[5]

Si la categoría “sagrado” no es la apropiada, ¿cuál es la propuesta? Brechas las hallamos en los mismos autores leídos en clase. En ellos encontramos el término sagrado asociado a la vivencia de una comunidad cósmica que tiene la particularidad de que todos sus integrantes están vivos y, por tanto, son merecedores de respeto y estima.

Por espacio solo cito a Xol (2008) y Lenkersdorf (2008). El primero nos ofrece otras traducciones del término loq’ diferentes a “sagrado”. Por ejemplo, indica que en K’iche’, “kuloq’aj refiere a una acción que significa: le muestra respeto, lo adora, lo aprecia, lo valora”. También, nos dice que el término Q’eqchi’ loq’onink “podría traducirse como valorar, mostrar respeto, reverenciar” (p.38).

Tales términos me parecen más apropiados porque no se quedan en un plano “moralista” ni “ritualista”, sino que refieren a una ética de vida que se hace praxis. En esa línea, Lenkersdorf (p.170) nos dice que todos los integrantes de la familia cósmica “…somos sujetos y como tales corresponsables de los demás sujetos”. En suma, el citado autor nos habla de una ética intersubjetiva, de una comprensión intersubjetiva de la vida. Podríamos decir de una ontología plana, donde todos somos sujetos iguales en dignidad, más no homogéneos, como dice Lenkersdorf (p.171-172) “no todos los corazones son iguales… las funciones son distintas y requieren de los hombres respuestas diferentes por su corresponsabilidad de respetarlos”.

Me parece muy aclarativo que Lenkersdorf plantee lo profano no como una esfera determinada sino como una actitud. En sus palabras “falta de respeto, que puede manifestarse de muchas maneras. Por ejemplo, donde no se vive comunidad, donde no se respeta a Nuestra Madre Tierra, donde se trata con desprecio a los ancianos, mujeres y hombres”.

Con eso tengo claro que más allá de la antinomia profano/sagrado, de lo que nos habla el pensamiento Maya es de una lógica de profundo respeto a todos los seres con los que co-habitamos el mundo. Un respeto fundando en la comprensión de que todos estamos interrelacionados y compartimos un mundo concreto. No un mundo trascendente en las alturas.


Bibliografía

Aj Xol Ch'ok, H. (2008). Historia Mayab'. Capítulo: Mayer Maya' Nawom B'aanuhom. "Cosmocimientos y Prácticas Mayas Antiguas". Guatemala: Asociación Maya Uk'ux B'e.
Barfield, T. (Ed.). (2007). Diccionario de Antropología (Segunda ed.). México, D.F.: Siglo XXI.
Eliade, M. (1981). Lo sagrado y lo profano (Cuarta ed.). Madrid: Guadarrama. Omega.
Jiménez, A., & Aj Xol Ch'ok, H. (2011). Winaq: Kynaab'il/Kyna'b'il Qxe'chil Fundamentos del Pensamiento Maya. Guatemala: Universidad Rafael Landívar.
Lenkersdorf, C. (2008). Los hombres verdaderos. Voces y testimonios Tojolabales. México, D.F.: Siglo XXI.




[1] Este punto es claro en Xol (2008:38). Él indica que “la ciencia u otras culturas diferentes a las indígenas no tienen esta concepción [de que todo es sagrado], solamente adhieren lo sagrado a ciertas cosas y elementos, pero para nosotros los pueblos mayas no. Por ejemplo: la noche es sagrada, las serpientes, la enfermedad, las nubes, la sangre, los arroyos, las piedras, las estrellas, todo es sagrado”.
[2] Véase la cita a Barfield (2007) del anterior texto breve.
[3] Ante ello Boaventura propone la sociología de las ausencias para mostrar que lo que no existe es producido activamente como no existente, como una alternativa no creíble, descartable para la pensamiento hegemónico.
[4] Ya en 1964 Eliade (1981) planteaba con claridad: “la desaparición de las ‘religiones’ no implica en modo alguno la desaparición de la ‘religiosidad’… lo «profano» no es sino una nueva manifestación de la misma estructura constitutiva del hombre que, antes, se manifestaba con expresiones «sagradas».
[5] Hay que preguntarse a quiénes les conviene que lo maya sea presentado de manera “sacra”. Quienes ganan con una representación romántica y anquilosada de lo maya basada en la repetición de discursos reproductores de colonialidad.

domingo, diciembre 01, 2013

Algunas preguntas sobre la idoneidad de la categoría “sagrado” para analizar el pensamiento maya

Lo “sagrado” es lugar común en las lecturas que hemos hecho sobre el pensamiento maya. También, lo es en muchos otros libros que abordan el tópico.[1] Con sus matices y diferencias, aparece como un rasgo elemental de la manera maya de interpretar y estar en el mundo. Siendo fundamento de un modo de existencia antitético al “occidental”, un modo de ser respetuoso y responsable  del entorno –que es al mismo tiempo cósmico, comunitario y familiar según Jiménez y Xol (2011:95).

Lenkersdorf (2008:171), por ejemplo, nos expresa que «[p]ara los tojolabales la realidad es indivisa y, como tal, de extensión cósmica y sagrada», «[e]n todo lo que hacemos, vivimos, pensamos y percibimos estamos en medio de lo sagrado». Por tanto: «[l]a cosmovisión tojolabal no admite la división dualista de la realidad en dos esferas: la sagrada y la profana. La razón es que estamos viviendo en una sola comunidad cósmica y, a la vez, sagrada de la cual somos corresponsables en todo lo que hagamos», de ahí que «[t]odas las personas y cosas son sagradas, todas tienen corazón y todas son sujetos».

Xol (2008:36-37) es más directo. Nos dice que en el pensamiento maya «[t]odo es sagrado, es k’uh o loq’» Donde el término k’uh (o loq’ en los idiomas mayas de la rama k’iche) “…simboliza todo lo que se podría traducir como sagrado” y refiere a “…las características o aspectos que tienen los seres del universo, a todo lo que hay en cada rincón de la tierra que habitamos y a todo lo que puede existir en el cielo”.

De manera poética, Jiménez y Xol (2011:103) señalan que el «kynaab’il qxe’chil [sistema de pensamiento maya] centraliza el cosmos y considera que memorias, espacios, caminos, árboles, el sonido de los insectos, el rocío de los bosques, las casas, el fuego, el aire, etc. son sagrados, tienen vida, transforman y se transforman en vida. Todas y todos son parte fundamental en la constitución de qwinaaqil o del nosotros colectivo».

Mata Gavidia (1950) por su parte no usa la categoría “sagrado” de manera directa, pero  habla en varias partes de su libro de que la concepción maya del cosmos es animista. En sus términos «Dioses son los elementos que fecundan la tierra, dioses son el maíz, la lluvia, los astros, y también los mismos infiernos» por lo que «[e]n el Popol-Vuh es existencialmente cierto, sólo que pluralizado, el dicho de Spinoza, Dei, sive natura» (p.75).

Vemos pues como los autores conciben al cosmos como un todo lleno de vitalidad, un todo sagrado donde, parafraseando a Lenkersdorf, todos somos sujetos-corazones. Pero cabe preguntarse, ¿realmente la categoría “sagrado” es la más idónea para comprender el mundo de sentido maya? sobre todo si se tiene en cuenta que el término “sagrado” es de procedencia europea, o sea una episteme distinta a la maya, y hace referencia a la separación del mundo en dos planos: uno profano y otro sagrado.

Para ver esto hago referencia a Barfield (2007:457) quién menciona que lo sagrado «denota una clase de objetos, hechos y seres que una cultura define como diferentes de los de la realidad ordinaria». Como adjetivo, «refiere a una cualidad de diferencia, de estar separado del mundo profano y ser más importante que él. En muchos casos implica un vínculo con un orden de existencia invisible o sobrenatural”.

Si nos ceñimos a esta definición dura de lo sagrado y para empezar con algo simple: ¿Cómo puede hablarse de lo sagrado en el pensamiento maya, si se ha dicho que este todo lo sacraliza?, es decir, ¿Qué sentido tiene hablar de sagrado en un mundo donde no hay esfera ordinaria u profana?

Asimismo, la referencia convencional a lo sagrado es a algo “sobrenatural”, que está más allá de este mundo. Hay que pensar si tal cosa aplica en el pensamiento maya, donde según hemos visto lo cotidiano, lo concreto, los seres con los que compartimos territorio son “sagrados”. Con estas pequeñas preguntas dejo esto…

Bibliografía

Aj Xol Ch'ok, H. (2008). Historia Mayab'. Capítulo: Mayer Maya' Nawom B'aanuhom. "Cosmocimientos y Prácticas Mayas Antiguas". Guatemala: Asociación Maya Uk'ux B'e.
Barfield, T. (Ed.). (2007). Diccionario de Antropología (Segunda ed.). México, D.F.: Siglo XXI.
Jiménez, A., & Aj Xol Ch'ok, H. (2011). Winaq: Kynaab'il/Kyna'b'il Qxe'chil Fundamentos del Pensamiento Maya. Guatemala: Universidad Rafael Landívar.
Lenkersdorf, C. (2008). Los hombres verdaderos. Voces y testimonios Tojolabales. México, D.F.: Siglo XXI.
Mata Gavidia, J. (1950). Existencia y Perduración en el Popol-Vuh. Guatemala: Imprenta Universitaria.





[1] Por mencionar algunos: García, Ajpub’ Pablo; Curruchiche Otzoy, German; y Taquirá Simeón (2009) Ruxe’el Mayab’ K’aslemäl. Raíz y Espíritu del Conocimiento Maya. Guatemala: Universidad Rafael Landívar; Instituto de lingüística y educación (2007) El encantamiento de la realidad. Conocimientos Mayas en prácticas sociales de la vida cotidiana. Guatemala: PROEIMCA-URL; Ajxup Pelicó, et. al. (s.f) Wayeb´. Guatemala: Consejo Maya Jun Ajpu´Ixb´alamke.